Este procedimiento se realiza en la sala de transferencia, requiere sólo unos minutos, no exige ningún tipo de sedación y no causa molestia a la paciente.
Cuando la paciente cuenta con un gran número de embriones de buena calidad existe la posibilidad de congelarlos con el fin de conservarlos por un largo tiempo y poder utilizarlos en un futuro procedimiento. Este puede darse en caso de no haber logrado un embarazo, o después de completado el mismo y querer otro bebé.
Pasados 15 días de la realización de la transferencia de los embriones se realiza la prueba de embarazo para verificar el éxito del tratamiento.
La inseminación de los ovocitos puede llevarse a cabo mediante FIV convencional o Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides (ICSI).
Ésta última está indicada en casos de factor masculino severo, fallas de tratamientos previos. Estos tratamientos requieren una muestra de semen capacitada en el laboratorio el mismo día de la aspiración.
Al día siguiente se hace una evaluación de la fertilización y los ovocitos que están correctamente fecundados son aislados de los que presentan falla de fecundación; el cultivo embrionario es prolongado por dos o tres días y, finalmente, se hace la transferencia de embriones que posean las mejores características morfológicas y, por ende, una mejor capacidad de implantación.