Son muchas las circunstancias que inciden en la fertilidad del hombre y de la mujer. La edad y la salud son los factores más importantes: el ser humano es fértil es un periodo de la vida, no cuando nace ni en la vejez. Diversos trastornos del organismo, por otra parte, también pueden hacer que una persona sea infértil y no pueda reproducirse.
Otras circunstancias están vinculadas a la cultura y, si bien no impiden la reproducción (y, por lo tanto, no causan infertilidad), sí afectan la capacidad reproductiva. Los tabúes respecto a la sexualidad, las condiciones del matrimonio y las obligaciones laborales atentan contra la fertilidad.
En el caso del suelo, la fertilidad está asociada a los nutrientes que pueden hallarse en el terreno. Por cuestiones propias de la naturaleza, algunos terrenos resultan mucho más fértiles que otros. En los casos en los que la fertilidad no es buena, el hombre puede involucrarse y añadir abono y nutrientes para que las plantas crezcan con mayor facilidad.
Preservación de la fertilidad
Las enfermedades tales como el cáncer requieren de tratamientos de una profunda agresividad para el ser humano, como ser la radioterapia y la quimioterapia, los cuales suelen acarrear la pérdida de la fertilidad, a causa de dañar de forma irreparable los tejidos que producen espermatozoides, óvulos o gametos. Esto explica que muchos pacientes de tales trastornos busquen por todos los medios la forma de preservar su capacidad reproductora, para poder tener hijos una vez superado el padecimiento.
Los hombres pueden optar por una técnica conocida como criopreservación de espermatozoides, aunque sobra decir que esto vuelve necesario un tratamiento de reproducción asistida. Para las mujeres la situación es menos sencilla, principalmente porque no producen tantos óvulos por ciclo, pero también porque su extracción y las técnicas de preservación son más complicadas. En pocas palabras, los hombres que sufren de una enfermedad que atenta contra su fertilidad tienen más posibilidades y probabilidades de preservarla.
Algunas de las opciones que tienen las mujeres para preservar su fertilidad son:
Criopreservación de embriones: consiste en obtener óvulos, realizarles una fecundación in vitro y luego congelar los embriones para que puedan ser implantados más adelantes en el útero. Cuando la mujer no cuenta con una pareja estable, se debe recurrir a un donante anónimo. Cabe mencionar que este método es el más usado y resulta exitoso el 40% de las veces.
Criopreservación de tejido ovárico: se extrae tejido ovárico y se congela, para que pueda ser reimplantado una vez que concluya el tratamiento (ya sea la quimioterapia o la radioterapia). Esto presenta ciertos obstáculos, ya que la criopreservación no siempre es exitosa, y también existe riesgo de daño en las células. Es una alternativa muy prometedora, pero que aún no ha alcanzado todo su potencial.
Supresión ovárica: se trata de una serie de prácticas que protegen el tejido del ovario durante los tratamientos contra el cáncer.
Transposición de ovarios: consiste en reposicionar los ovarios por medio de cirugía, para que no se encuentren expuestos a la radioterapia.
Tomado de definicion.de